polizonte en la nave de los locos

para muchos una palabra es un enser, para mi en cambio es una razón

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Location: Guatemala

Thursday, October 08, 2009

corrosivo, toxico y sin concesiones…

Ya los diarios lo venían anunciando desde hacía algunos días, a pesar de ello y una vez llegada la fecha, no dejaba de ser difícil creerlo, dos monstruos del Thrash Metal mundial reunidos por primera vez en esta ciudad; un día claro, ordinario y sin contratiempos; quienes llegaron en auto fueron acompañados por la estridencia del metal desde sus casas, quienes lo hicieron en el servicio colectivo, tuvieron sin lugar a dudas que dejar correr sobre sí las largas horas de la desesperación, teniendo como música de fondo el sonido insípido y repetitivo del reggeaton. Una avenida, amplia en relación a la mayoría de las de la ciudad, con una arboleda que dejaba poco espacio para ver cómo caía sobre los edificios el atardecer; en las aceras y sobre las raíces de los arboles dispersa una horda de rebeldes, entre los 15 y los 60 años, muchos con su colección de vinilos bajo el brazo, con la esperanza de un autógrafo, los cabellos sueltos, la vestimenta negra y botas; intentando escapar a la polución y a la uniformidad de la urbe; el metal incansable retumbaba en las bocinas de los autos, mientras las latas de cerveza Gallo se diluían lentamente.
Por mi parte me encontré, como en mucho tiempo no lo hacía, con toda la escena metalero-literaria local, escritores como Julio Manuel Girón, Javier Payeras, Pablo Gordillo, Byron Quiñones, Eddy Roma y Mario Castañeda, con quienes recordamos aquella época en que quincenalmente nos reuníamos en Guatemala Musical para escuchar a las bandas de metal locales y en la que quizá ni siquiera pensábamos en ser escritores, y menos en vernos ya con libros publicados como hoy día. Una vez dentro del salón, que mucho tiene de bodega industrial, los locales Falso Profeta tuvieron una presentación que inició de muy buena forma el fogeo; las luces se apagaron, todo quedó en un punto muerto, de pronto se dejaron escuchar los primeros estertores con las guitarras de Gary Holt y Lee Altus, se les sumaría inmediatamente Jack Gibson en el bajo y la batería, ignoro si fue Tom Hunting o Nicholas Howard Barker quien la tocó, en teoría es el segundo quien lo hace en vivo, finalmente hizo su aparición el vocalista Rob Dukes, inmediatamente una ola de celulares vio elevarse intentando perpetuar el instante.
Curiosamente, dada mi aversión por los cover´s, a esta banda la conocí por el tema Dirty Deeds Done Dirt Cheap, un tema original de AC/DC incluido en vivo en el álbum Lessons In Violence, publicado en el año ’92 y que sonó muchísimo en Revolución Rock; la presentación fue simplemente demoledora, con una presencia escénica impresionante, en la cual fue punto focal Rob Dukes, quien demostró poseer la capacidad de crear empatía inmediata con el publico, los músicos totalmente profesionales, poseedores de una velocidad trepidante, con lo que el mosh (slamdance) no decayó un instante, demostrando así que el Thrash Metal sigue siendo un sonido, sucio, violento y callejero; en mi opinión personal la mejor banda de la noche. Y nuevamente se hizo la oscuridad; oportunidad que muchos aprovechamos para salir a conversar y tomar un respiro; se escuchó, o creímos escuchar, un leve feedback y esa fue la alarma para entrar inmediatamente; en medio de las sombras unas pantallas laterales empezaron a reproducir el video Hordes Of Chaos de Kreator (que por cierto pareciera ser de Manowar), una presentación un tanto insípida que hizo que el publico fuera un poco más frío y distante, me fue imposible no pensar en cierto rockstarismo; prejuicio que deseché rotundamente al conocer una hora más tarde a Mille Petrozza.
Volvieron a mi mente las portadas de los discos Endless Pain y Pleasure to Kill, que escuché a inicios de los 90’s en Lp, mientras tanto en el fondo se escuchaba un solo de batería impresionante, pero ajeno al Thrash Metal; luego de esto regresaron al escenario siendo definitivamente otra banda, con un sonido y una presencia totalmente demoledores y salvajes, definitivamente el feeling era otro, Mille se conectó plenamente y el publico respondió de una manera igual de salvaje, creo que ahí nació la conexión real y fue su punto cúspide al salir con la bandera de Kreator, que nos recordó el Ep Flag Of Hate del año ‘86; pienso que una de las cosas que tiene Kreator, y la escuela alemana si se quiere, es que son demasiado profesionales, muchísima técnica, algo que en un genero que pretende ser contestatario y callejero le quita cierta mística, además su etapa gótica y experimental no pasaron impunemente, lo que no implica que sea malo, simplemente es distinto, yo diría que la presentación fue perfecta pero no uniforme, y eso marcó la diferencia.
Afuera la ciudad continuaba inmersa en las tinieblas de la noche, los perros callejeros asaltaban los volcanes de basura, mientras los vagabundos se hacían de las latas vacías para reciclarlas y aquel lugar era tan sólo un punto, perdido e impensable en la inmensidad de la urbe, una pequeña mancha en nuestras mentes que intentaremos nunca borrar, porque son esos momentos, esas horas de adrenalina, lo que hacen que un metalero continúe respirando y que se sienta tan orgulloso de ser lo que es.

2 Comments:

Blogger Mario Castañeda said...

Sentida crónica. Subjetividad entroncada entre la urbe y el peso del metal. Una horda de negro blandió al cristianismo esa noche. Más allá de los estilos en la presentación, vimos a los que nunca creímos que veríamos: no sólo Kreator y Exodus, sino a nosotros, más de veinte años después de conocerlos cuando éramos chavos y esperar para verlos ahora de viejos.
No sé si te percataste de que ambos vocalistas sugerían constantemente con su mano derecha y el dedo índice a la mara que danzara en círculo. Algo propio de la escena thrashera, pero que aquí, la mara no entendió. Eso es lo que perdimos de los años de Guatemala Musical. La cultura metal no ha sido heredada como debe ser. Las generaciones más recientes no dan cuenta del entramado complejo que implica el metal como expresión sociocultural. No es sólo ir a brincar como mula frente a un grupo. Hay muchas cosas que están psicológica y socialmente, tanto individual como colectivamente, inmersas en ello. No hay un sentido más amplio del uso del cuerpo (física y mentalmente) en un ritual como lo es un concierto.
Me gusta que tus escritos nunca son descontextualizados. Esa es otra cosa que la mayoría de rockeros no entiende, que no podés comprender esto sin enmarcarlo en espacios y tiempos que le son inherentes. En fin.
Gracias por dejar constancia de ello. Un abrazo.
!Thrash Attack!!

4:39 PM  
Anonymous Eddy said...

Saludos Ángel. También para mí fue tremendo el gusto de encontrarme con vos y varia gente dedicada a las letras en el concierto. Te comento que sí vino Tom Hunting; Rob Dukes lo presentó algo así como "the one and only... Tom Hunting!", y el buenazo de Tom se levantó, se alzó la camiseta hasta el pecho como chava que enseña las chiches, y saludó.
Tuvimos, pues, a dos exponentes de la mismísima escena de la Bay Area. Excelente concierto y noche memorable. Saludos.

6:14 PM  

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