adiós a Cortázar, por fin…
Hasta hace algunos días me sentía el personaje de ese inolvidable cuento de Augusto Monterroso titulado Como Me Deshice De Quinientos Libros, quien presa de una cantidad de libros incómodos busca la forma de eliminarlos de su biblioteca, era como todos, victima de esa manía de ir acumulando textos que al final nunca leeremos, pero que hacen ver los anaqueles menos vacíos, de igual forma me sucedió a mi con Julio Cortázar (1,914 – 1,984), sin saber por qué, me fui haciendo de todas y cada una de sus obras, hasta convencerme de que simplemente no las leería nunca y a sabiendas de que a un amigo mío, que es tan fan de Cortázar como del Thrash Metal, podían ayudarle a pasar algunas buenas horas de lectura, el sábado procedí, con más éxito que el personaje de Monterroso, a deshacerme de los mismos. Cortázar llegó a mi vida casi análogo a Borges, pero a diferencia del segundo, era tanto lo que de él me habían hablado, que al leerlo simplemente me decepcionó, lo intenté todo, leer sus cuentos, leer sus novelas, leer sus poemas, pero nada, nunca tuve la paciencia suficiente de terminar alguno de sus libros, y eso que cuando leo uno no le suelto hasta no haberle terminado, pero en este caso no, siempre me quedaba el profundo sentimiento de que era victima de una tortura literaria, sobre todo me pasó con El Libro De Manuel, mismo que juré que terminaría, pero una vez pasado de la mitad llegué a la conclusión de que la vida es demasiado corta como para perderla leyendo cosas que no nos producen placer. Debo aceptar, sí, que sus estructuras me parecen increíbles, una genialidad incomparable a la hora de definir formas de textos, verdaderos collages algunos, además mentiría si no dijera que uno de sus relatos es de los que más me han impresionado y gustado, La Autopista Del Sur, que da inicio a su libro Todos Los Fuegos El Fuego publicado en 1,966, pero, en el resto de su obra, a la hora de compenetrarme en el texto en sí, hay algo que no encaja, algo que no me dice nada y no me deja avanzar, algo que simplemente no me despierta ningún interés. Y sí, me quedé con los comentarios a favor y la imagen de aquellos chicos, como él, burgueses con complejo de proletario, con sandalias, t-shirt del Che Guevara, pantalón típico traído de Panajachel y que tarde a tarde se reunían en el Cien Puertas a hablar horas y horas de lo interesante y complejo que era Rayuela, lo celebro por ellos, pero yo simplemente no hallé el camino y me quedé a las puertas de una obra que sobresalió, y mucho, como tantas otras de la literatura latinoamericana de esa época, por obra y magia de Carmen Balcells, y que hoy día en pleno boom del marketing vemos sin mayor cargo de conciencia simplemente como parte del marketing del boom, y que, como en nuestros días sucede con las estrellas del foot ball y del pop, fue llenando el imaginario popular y las vitrinas de las librerías con unos autores que no vivían de la forma en que se suponía que vivían y que contaban de una América Latina que no es ni por asomo la que nosotros vivimos.
3 Comments:
Para mí Cortázar es de cabecera.
Aunque no todo me gusta, lo confiezo. Tuve la suerte de conocerlo en un libro de poemas (Salvo el Crepúsculo), en el que casi cada hoja me dijo algo. (casi)...Después encontré Bestiario y me encanta. Y de ahí en aldelante, leí todo lo que encontré de él...Me pasó lo mismo que a usted con El Libro de Manuel (ni fumado). sylviazelaya
Sinceramente no he sido capaz de terminar de leer Rayuela pero no por falta de gusto sino falta de tiempo. En lo personal creo que no es lo máximo, pero tampoco es tan malo como lo pintas.Debiste haber tirado tu colección de Cortázar en mi librera.
xoxox (IBran)
Para serte sincera no he sido capaz de terminar de leer Rayuela, pero no por falta de gusto sino de tiempo. Creo que no es lo máximo, pero tampoco tan malo como lo pintas. Debiste haber tirado tu colección en mi librera.
oxoxox (ibran)
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