polizonte en la nave de los locos

para muchos una palabra es un enser, para mi en cambio es una razón

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Location: Guatemala

Tuesday, October 07, 2008

el suicidio no siempre es una gran idea, a veces surge por casualidad…

El 13 de septiembre recién pasado David Foster Wallace fue hallado por su esposa colgado de una cuerda, en su casa de Claremont, California, frío, trémulo y oscilante, cómo había sido a lo largo de su vida literaria, moviéndose con soltura entre el reportaje, el ensayo, la novela y el cuento, clara síntesis del escritor pop (no confundir con superficial) de nuestra época, quien realizó un verdadero trabajo de disección de la cultura actual, en su novela La Broma Infinita, publicada en 1,996, y en la que llevó a sus últimas consecuencias, casia al absurdo, a este mundo que cada vez toma más la forma de un enorme supermercado, en el que todo es un producto más: creencias, ideologías, movimientos culturales y por qué no decirlo las mismas corrientes literarias, de lo cual él, a pesar de llegar a ser un best seller, intentó de cierta forma eximirse. Pero más que eso, más que sus libros, este autor con aspecto de rockero de los 90’s, nos acerca una vez más a ese abismo que con sutileza solemos ignorar y al cual alguna vez ya nos habían acercado escritoras como Alejandra Pizarnik o estrellas de Rock como Wendy Orlean Williams: el suicidio como una forma de protesta a un mundo que no es compatible con nuestros ideales o simplemente un patético acto de cobardía ante una realidad que no resultó ser lo que imaginábamos y que en verdad es más grande y monstruosa que nuestras miserables fuerzas intelectuales, en las que secretamente nos ocultamos en silenciosas y apremiantes tardes de lectura o en el mejor de los casos escritura. En la actualidad hay una serie de puntos de conexión a los que el ser humano debe estar atado cotidianamente, no porque esté programado para ser así, sino como meros condicionantes de su existencia en sociedad, puntos que cuando se pierden o son endebles orillan al individuo hacia un margen en el cual se siente incomodo, quedando prisionero de un desasosiego que con el tiempo se va ahondando, hay quienes se sumergen en la adicción, hasta que ésta les lleva a un punto de no retorno, cuya característica básica es una autodestrucción que les permite el inhibirse de esa realidad que son incapaces de soportar, otros intentan refugiarse en un plano intelectual que en cierta forma les permite desentenderse de esa perdida de conexión y quedan los últimos, los que simplemente abren la escotilla de emergencia y saltan fuera, David Wallace, en cierta forma, fue una síntesis de las tres, escritor genial que retrató todo ese malestar interno producto de la vacíes contemporánea, análogamente padeció 20 años de depresiones, dependiente de antidepresivos, cuyos efectos secundarios llegaron a serle insoportables y finalmente llegó a un punto, en el que como señalara su padre, James Donald Wallace, Probó de todo. Simplemente no pudo resistirlo más.
Decir que esto es propiedad exclusiva de intelectuales, actores o estrellas de rock sería ocultar una realidad a la que cotidianamente se enfrentan un sin numero de personas que ni escriben ni componen ni leen, pero que tampoco pueden escapar al vacío y simplemente ven desde una empañada ventana un mundo que, aunque les sumerge, no les compete y se van negando silenciosamente a sí mismos, hasta dejar de ser incluso ese numero que alguna vez fueron dentro de esta sociedad cada vez más uniforme, que olvida que no todos los entes que la conforman tienen la capacidad de asimilarla como tal, se van quedando rezagados en sucias cantinas, en leprosos callejones o frente a una fría computadora, incapaces de crear puntos de conexión individuales, hasta que muchas veces optan por presentar su carta de renuncia, incapaces de sobreponerse a la cada vez más grande soledad colectiva de hoy en día, en cierta forma esta es la verdadera broma infinita…

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

el malestar por lo que nos rodea, el desasosiego, el no lograr ser parte de la realidad, de un grupo, de un pensamiento, sin duda no es exclusivo de intelectuales ni gente del espectáculo, es más común de lo que podemos imaginar...y los que poco a poco se van volviendo incapaces de crear puntos de conexion individuales, si, muchos también...cualquier día presento mi carta de renuncia yo también...

3:05 PM  

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