polizonte en la nave de los locos

para muchos una palabra es un enser, para mi en cambio es una razón

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Location: Guatemala

Thursday, June 07, 2012

inventario de una literatura ni hermosa ni maldita


Con suma frecuencia, más de la que quisiera, me descubro buscando trabajos absurdos ejecutados por personajes que no encajan dentro de la sociedad ficticia en la cual se desarrollará la probable historia en la que los incluiré; casi con la misma frecuencia descubro que el trabajo es el de escritor y que la sociedad tan poco probable y en la que resulta tan absurdo ser escritor no es otra que la mía, en la cual quien escribe lo hace para un lector inexistente o en el mejor de los casos tan imaginario como sus propios personajes; esto no evita que unos cuantos se dediquen a esa tarea lenta, laboriosa e incomprendida, en la cual a lo máximo que aspiran como reconocimiento social ante la publicación de una de sus obras es a un poco caluroso “qué fumaste vos”.
Algo que en no pocos casos orilla al autor, o a quien pretende serlo, al aislamiento, intelectual o incluso social, al egoísmo publico sobre su quehacer; convirtiéndose, más por tranquilidad que por moda, en un ser marginal, que se siente mejor ensimismado dentro de su propia burbuja o frente a una pantalla a través de la cual sociabiliza con otros, que aunque lejanos, son más inmediatos al sentido de su trabajo; ya que en lo local, a diferencia de labores más edificantes como el foot ball, lo suyo no es ni siquiera considerado trabajo, sino una simple rama, una de las más snob si se quiere, de ese frondoso árbol de la vagancia.
Hasta este punto poco o nada separa al cuentista de nuestra generación de los cuentistas de las generaciones que le precedieron y tampoco, a menos que nuestro eco sistema cultural involucione a algo aún peor, tendrán mucho que envidiarle los posibles autores de  generaciones más actuales como la del MSN y el SMS.
Lo que marca a ese grupo de gente, a la que Douglas Couplan inventarió bajo la etiqueta de generación X, es el haber experimentado y atestiguado ese espacio de transición tecnológica, cultural y política. En tecnología transitamos del cassette al mp3 y de la maquina de escribir a la PC, algo que aunque en apariencia simple, definió mucho nuestra forma de ver el mundo; luego ese paso entre el imaginario patrio chapín y el imaginario transnacional fast food actual, y por último la decisión de quienes gobiernan este país, aunque no votemos por ellos ni hablen nuestro idioma, de terminar la guerra contra el comunismo e iniciar la tan aclamada guerra contra el narcotráfico; algo que de manera abrupta cambió el panorama urbano, ideológico y de manera automática el literario.
Nuestra generación, al no ser ex guerrilleros, hijos de guerrilleros o dizque guerrilleros, que eran los más, tubo poca conexión con generaciones anteriores y por ende un acceso limitado al espacio editorial local; la publicación de sus primeros trabajos estuvo marcada por la autogestión, lo que permitió la aparición de materiales muy anárquicos que distaban de esa literatura políticamente correcta que tanto gustaba a los tres o cuatro gatos que leían en este país. Dado lo anterior, no deja de ser paradójico que sea una transnacional como Alfaguara quien se halla tomado el trabajo de publicar una antología sobre dicha generación.
Ni hermosa Ni maldita, que es el titulo que se le han dado al libro, reúne 24 fotocopias de una época marcada por la silenciosa imposición de un sistema de uniformación cultural global, empecinado en cortar de raíz todo rastro de localismo, lo que en una sociedad de analfabetos funcionales crónicos como la nuestra tampoco fue difícil; claro que, como en toda fotocopia, algunos claros salieron más claros y algunos oscuros salieron más oscuros, y esas diferencias con el original, o sea la realidad, son las que le dan el toque de ficción a cada trabajo, alejando a su autor de ser un simple copy paste de su tiempo y convirtiéndole precisamente en un cuentista.
El merito de esta generación fue querer pensar en una época en la cual ya no era permitido pensar, sólo consumir; no intentó ser la versión local del movimiento literario tal, sino que fueron como niños con los ojos vendados, queriendo encontrar las claves de una sociedad que ni por asomo era lo que decía ser; y que aunque no encontró las respuestas que deseaba, al menos encontró la forma de realizar las preguntas que necesitaba, esto a través de esa literatura inicialmente sin referentes literarios y en la cual mostró ese desasosiego cuyos márgenes sin duda oscilan entre la inconformidad social-cultural que se manifiesta en la marginalidad de Estuardo Prado y el desarraigo geográfico-cultural que se lee en la auto sustracción de Eduardo Halfon.
La generación X se caracterizó por producir una literatura hibrida, iconoclasta e incluso escatológica, sin expectativas por igualar, superar o confrontar la obra de las generaciones previas, pues simplemente no tenía noticias de que existiera algo denominado literatura nacional, eso no aparecía en Mtv, de eso nos enteramos hasta mucho después de iniciado el camino; justo cuando se nos endilgó el epíteto de la generación del desencanto, para ubicarnos dentro del mapa del imaginario político-intelectual local; pero no, la nuestra, como las anteriores, fue la generación del encanto por todo eso que culturalmente no éramos, la diferencia es que mientras ellos veían hacia Washington o Moscú, nosotros vimos para todos lados a través de una simple pantalla, y el resultado es este, que hoy con esta antología Alfaguara resume, una mirada literaria acerca de una época que fue poco o nada literaria.

Hoy a las 7:00 P.M.
En Gran Hotel, 9 calle 7-64 del centro histérico 
La admisión, como todo buen evento literario, es gratuita

Saturday, December 17, 2011

Si hubo forma de encontrarnos, si hubo forma de unirnos…

Hay calles que dan forma a nuestra memoria, calles que de tanto andar son incluso un poco nuestras, con todo lo que las rodea y las habita: librerías de usado, franquicias transnacionales de comida rápida, talleres de chapuces, salas de cine con pantallas 3D, desvencijados locales de lectura de cartas, todo un paisaje que nos va poblando con el recuerdo de lo que en sus espacios hemos vivido, el centro de la ciudad ha sido por generaciones ese punto en el que la memoria colectiva y la desmemoria individual confluyen cotidianamente.
La noche se presentaba fría y los semáforos competían con la luna por iluminar a las casas más derruidas y a los sitios más fashion, deambulé por esas calles cuyos retazos guardo  entre  empolvados libros y Lp’s, porque son eso que fui y eso que seré; lentamente la feria municipal del libro iba perdiendo forma: estructuras metálicas vacías, cajas de libros gastados y empolvados, tablas que ayer eran mesas, telas azules y enormes que con el viento intentaban escapar, compré un chévere y me perdí entre el tumulto de personas que van y vienen por la 6ta avenida, entre la multitud vi a Cesar Borrayo y a su hijo, caminamos y, como siempre, hablamos de Metal.
El Gran Hotel es indudablemente una reminiscencia de ese instinto local que nos indica que para que algo sea importante debe tener un toque foráneo, imposible no recordar la película estelarizada por Cantinflas en 1944 o la más exótica Grand Hotel de 1932, dirigida por Edmund Goulding; es hoy, en apariencia, un centro cultural - restaurante pequeño y acogedor con decoración Hindú al que definitivamente tocará volver, y digo en apariencia porque detrás tiene un salón para conciertos enorme. Los cabellos largos y encanecidos nos indicaron el lugar, las camisas típicas, los jeans rotos y las sandalias se mezclaban con las botas de motoristas, las t-shit negras y las púas de los más jóvenes, un ambiente rockero en toda regla.
La hora chapina es una desgracia a la que indudablemente a falta de poder cambiar nos debemos de acostumbrar, una hora más tarde el humo artificial y las luces iluminaban el escenario, un Maco Luna con ínfulas de sacerdote tribal iniciaba el ritual leyéndonos algunas líneas de su libro Cuerpo Y Alma, Sonrock Chapín, mientras Julio Luna daba los primeros estartasos de Sin Camino, la euforia del publico fue total, a este siguieron temas de  Steppenwolf, Deep Purple, Rolling Stones y los esperadísimos Black Sabbath, que fue de quienes más temas tocaron, pero los homenajeados no eran en sí los demonios provenientes de Birmingham, Inglaterra, sino Clacker, vocalista de los legendarios Caballo Loco, quien septuagenario y achacoso fue literalmente subido al escenario,  donde enseñó qué es un true metalero al cantar desde su silla y desde su sapiente senilidad temas como Satisfaction de los Rolling Stones o Smoke On The Water de Deep Purple, simplemente increíble.
Debo confesar que no soy fan de los covers, pero con estos maestros que iniciaron la movida a finales de los 60’s sonó como si fueran las bandas originales, musicalmente nada que envidiar, Julio Luna es simplemente un monstruo de la batería y Carlos Castilo (ex Guerreros del Metal), Freddy Carrera y Enrique Siliezar demostraron que simplemente el Metal no es un genero musical más, sino una forma de ataraxia desde la cual con tranquilidad se puede reír del paso del tiempo, finalizaron con temas originales de Cuerpo y Alma, al terminar, como al inicio, sonó Sin Camino, el publico se diluyó entre la masa informe que recorría las calles y yo, mientras me comía otro chévere, recorrí, como tantas otras noches, solitario las calles de esta a esas horas, en apariencia, muerta ciudad…

Thursday, October 06, 2011

Ya era hora de que un capitalista hiciera una revolución…

Ser el hombre más rico en el cementerio no me importa a mí... Ir a dormir diciendo que hicimos algo grandioso... eso es lo que me importa…
Steve Jobs


La nuestra fue sin duda una generación extraña, demasiado agringada innegablemente, la mayoría de mis contemporáneos vestían en un estilo muy hippie, escuchaban rock de los 60’s mezclado con el que Seattle producía, pero de igual forma no se perdían una de las actualizaciones que periódicamente hacía Apple, era como un extraño culto al icono de la manzanita, tras él, en vez de un famélico gusano se escondía un nombre: Steve Jobs.
Prototipo de eso que llamamos BoBo’s (bohemian burgers), gente que, inconforme con el sistema, en vez de revelarse de manera política lo hacen mediante ideas altamente innovadoras, mismas que guste o no cambiaron nuestra percepción del mundo mucho más que cualquier revolución de esas que salen en películas y documentales, imbuido en este rollo Jobs fue sin duda una especie de gurú de la generación X, impregnando esta cultura cada vez más uniforme con su tecnología pero a la vez con una identidad alternativa.
En un principio uno no imagina que pueda existir un tipo interesante detrás de esa maraña de chips, microchips y posteriormente nanochips, sin embargo Steve Jobs supo serlo, en un mundo donde el éxito lo es todo alguien que tenía todo el éxito del mundo opinaba que lo cambiaría sin dudarlo por conversar una tarde con Socrates, sus ideas, sus planteamientos y sus innovaciones iban justo en otra vía, que no era pro sistema ni anti sistema, simplemente era su propio sistema.
Pocos textos, a pesar de que me considero un lector habitual, han generado en mí esa sensación de abismo pero a la vez de fuerza que uno titulado: Manteneos hambrientos, manteneos atolondrados… mismo que Steve Jobs leyera un 12 de junio de 2005 en un acto de graduación en Stanford, cuando lo leí me dejó pensativo y cada vez que en mi vida hay momentos complejos vuelvo a él en la comodidad de la pantalla y, dada su relativa brevedad, cada vez que alguno de mis amigos pasa por una situación complicada no he dudado en compartírselo. En él un hombre que sabe lo que es la vida a través de su cercanía a la muerte nos va develando lo que es el éxito por medio de contarnos los que fueron sus fracasos, un tipo que amasó más fortuna que muchos millonarios y que sin embargo no se ufana de lo que tiene sino de lo que es, algo que lentamente, incluso quienes tenemos menos, hemos ido olvidando, y es que pareciera que en nuestro mundo ese don del ser ha quedado en desuso y es algo que él aunado a su tecnología también hizo despertar, hizo ver que más allá de esas fronteras materiales de lo que nos rodea hay un espacio en el que también podemos ser, en el que también podemos imaginar y en el que también podemos soñar.
Hoy me han comentado que ha muerto, no les creo pues su sonrisa sigue perpetua aún desde la tarjeta que anuncia su muerte y sus palabras siguen muy vivas en mi mente, como la primera vez que las leí…

Friday, January 28, 2011

una revolución invisible


Décadas atrás mencionar a un revolucionario era evocar a un personaje uniformado, de largas barbas y anteojos de carey, que aunque afirmaba ser un intelectual no tenía remordimiento alguno en asesinar, robar o destruir cualquier tipo de infraestructura con tal de imponer un modelo político, que al ser con el que él se identificaba automáticamente pasaba a ser el único viable y justo para la gran mayoría, aún si esta no lo compartía.
En ciertos países este tipo de individuos logró hacerse de manera violenta con el poder, con su llegada no sólo no se alcanzó la anunciada libertad, sino que se perdió la poca existente, se hicieron déspotas y dilapidadores, dejando atrás todo eso que soñaban y defendían o que al menos pregonaban, montando sistemas de dominación extraídos de una pesadilla, con lo que terminaron silenciosamente convirtiéndose justamente en eso que más odiaban. En el lado contrario quedaron las democracias, esos sistemas independientes que nos permiten ser y actuar como queramos, siempre y cuando lo hagamos en la forma que un sistema invisible lo desea, sin complicar mucho la situación se han limitado a crear productos chatarra con los cuales ocupar nuestro tiempo y nuestro espacio mental, con lo cual evitan que pensemos en todo eso que nos indica que aunque no somos libres con que aparentemos que lo somos basta, ya que no puede ser libre aquel que no se comprende a si mismo y no le es permitido comprender en su totalidad las razones de su entorno. Dentro de estas sociedades se fue forjando una nueva generación de individuos, interesados en las nuevas tecnologías, quienes terminaron por crear una cibersociedad alterna, un mundo virtual en el que todos viven, expresan y sienten sin tener que abandonar la comodidad de su computadora, en un inicio quienes tenían poca capacidad de empatía hicieron amigos, quienes no se sentían a gusto con las personas que les rodeaban conocieron a personas interesantes en lugares distantes, hasta que un buen día notamos que no eran sólo los nerds, los hackers, los geeks o los rechas quienes lo habitaban, sino literalmente todo el mundo, vivir conectado había dejado de ser cosa de expertos y había pasado a ser cool, con lo cual el ciberespacio terminó por llenarse de toda la banalidad de la cual está constituido nuestro tiempo. En las otras sociedades el fenómeno se replicó, aunque tomando un matiz distinto, resulta que ellos no tenían fotos que compartir, ellos no tenían largas listas de amigos de los cuales prsumir, ellos simplemente tenían ideas, esas que los que habitamos los países libres hace mucho tiempo aprendimos a olvidar, y el ciberespacio fue el punto de encuentro de una nueva generación de revolucionarios, globalifóbicos, anarquistas o simples inconformes, sin un discurso compartido, sin un enemigo en común pero dentro de una misma plataforma.
Ahí se comunican con otras personas que comparten su rebeldía, ahí el sistema no puede o no debiera entrar, ahí finalmente se atrevieron a escribir lo que pensaban, siendo así que el fenómeno blogger tomó una inusitada importancia para dar a conocer esas ideas que disentían del pensamiento oficial, luego fue el turno de las redes sociales, con las cuales a sido más fácil organizar inmensas manifestaciones, como las que recientemente presenció Túnez, antes impensables, hoy es el turno de Yemen y Egipto, mañana no sé, espero realmente un día sean libres, pero más que nada que cuando tengan esa libertad por la cual tanto han peleado, sepan qué hacer con ella…

Thursday, December 30, 2010

vida cotidiana, manual de uso


Amanecemos cada día, como todos los demás mortales, con la esperanza de encontrar por fin el libro de los libros, no ese que nos diga cómo debemos ser, sino ese que nos explique por qué somos como somos, ese que nos explique por qué al salir a la calle no siempre congeniamos con el señor que vende los periódicos y por qué duele tanto tener que confiar siempre en quien alguna vez nos ha mentido, creo que por fin lo he encontrado. Desde hace mucho el nombre de Arthur Schopenhauer rebotaba en el cuarto vacío de mi mente, sin embargo no fue sino hasta este año, y gracias a un regalo de Julio Manuel Girón, que el mismo llegó a mis manos, un poco tarde quizá, pero justo a tiempo, como todo lo que vale la pena.
La vida diaria a pesar de ser un ejercicio diario, valga la redundancia, pocas veces llega a ser una cuestión que nos sea simple, en especial si nos da por participar del ejercicio social, es siempre un juego de trampas incomprensible en el que todo aquel que tenga buenas intenciones saldrá irremediablemente lastimado y todo aquel que carezca de astucia, aunque no de inteligencia, siempre terminará por perder más de algo. Es así como luego de muchos días de intentarlo llegamos a la conclusión, en el mejor de los casos, de que somos poco aptos para el juego social y, en el peor, a adaptarnos a él, convirtiéndonos en una pieza más dentro de un tablero en el que sólo deciden las jugadas los que no participan.
La filosofía, cuando no está escrita por filosofastros, tiene una marca de agua que la hace impersonal y atemporal, ya que parte desde el análisis del ser cotidiano, ese que en el hipermercado como en el más miserable cuchitril posee un mismo funcionamiento, pues sin importar cuánta tecnología tenga a la mano, siempre sigue siendo humano, por ende sigue respondiendo a los mismos procesos básicos de antaño, sigue siendo el monótono ser que para olvidar que no comprende la vida cotidiana crea enseres y gadget con los cuales llenar ese espacio vacio llamado mente.
Pero dentro de esa enorme y monótona multitud hay siempre uno que por naturaleza o por error termina siempre por preguntarse qué hace aquí y cómo debe comportarse para sobrevivir a la existencia de los demás, para las grandes mayorías esto suena siempre absurdo, pues ellas se han acoplado a un mundo en el que sólo se cree y se compra, nunca se duda, y en el que quien duda es siempre sospechoso. Pues para esa pequeña minoría de los que dudan fue escrito indudablemente Arte Del Buen Vivir, editado por Edaf, un libro que en principio podríamos pensar anacrónico en un mundo en el que a Schopenhauer se le puede encontrar ya sólo en t-shirts, bolsos, tazas ó incluso en peluches con la serigrafía de su rostro, a pesar de ello no lo es, sino más bien es la disección de esa masa de seres cotidianos, condenados a representar tan sólo una marca y a no preguntarse nunca nada. Por mi parte desde El Anticristo de Nietzsche que no hallaba un libro tan certero, creo que es un buen manual para, en este año por iniciar, intentar, una vez más, comprenderme y comprender a las grandes turbas, pero más que nada un manual de cómo escapar de ellas por la puerta de emergencia y así salvaguardarme de su resignación, no sé si en realidad sea así, pero al menos hoy, mientras veo el año morir, tengo la sensación de que sí.

Monday, May 17, 2010

los rockeros van al infierno

Suelo recordar con exactitud todas las fechas que son importantes, aunque esa por alguna razón no la recuerdo, tubo que ser en el ’94, pero ignoro en qué mes o en qué día; encaminé mis pasos al centro histórico, llegué al portal del comercio y sucesivamente a Discos Ayarza, por años la tienda clásica de la música rock en la ciudad, finalmente me compré el Lp Heaven And Hell, lo compré por la portada, ya que el tipo que cantaba, según los rumores, no era bueno, al menos no tan bueno como Ozzy Osbourne al frente de Black Sabbath. Pasados los años en La Cueva Del Dragón escuché un tema llamado Rainbow In The Dark, según me comentó Yanni era precisamente de ese personaje un tanto oscuro llamado Ronnie James Dio; lo que el disco aquel y el Live Evil no habían logrado, ese tema lo consiguió, corrí a desempolvarlos y de ahí en más empecé a escuchar todo cuanto tenía que ver con Dio; no diré que perdí el tiempo que no lo escuché, simplemente no era su momento en mi vida y llegó justo cuando debía llegar, cuando yo tenía la madurez para comprenderlo y entender su mensaje. Y es que hablar de Ronald James Padavona, nombre real de Dio, es hablar de una leyenda con una trayectoria tan amplia, sólo comparable con la de Alice Cooper sin duda. Nacido el 10 de junio de 1,942, inicia en el mundo del Rock n’ Roll en el año 56 junto a la banda Red Caps, posteriormente conformaría Ronnie And The Prophets, agrupaciones en las cuales alternaría la vocalización con el bajo y la trompeta; luego de un tiempo cambian el nombre por The Electric Elves, simplificándolo posteriormente a The Elves, para finalmente en el año 1,967 convertirlo en Elf, banda que toma su nombre de la estatura de sus integrantes, Dio, con 1.60 Mts. era el más alto, quienes en 1,972 lanzarían su disco homónimo, mismo que les valió salir de gira junto a los ya consagrados Deep Purple. Como consecuencia de esta gira y de las cualidades vocales de Dio, nace la banda Rainbow, dándose a conocer con el single Man On The Sylver Mountain en el año’75; luego de tres álbumes en estudio y uno en vivo, Dio abandona la banda para pasar a formar parte de Black Sabbath, lanzándose con el single Lady Evil, con lo que iniciaría un trabajo que produjo tres discos en estudio y dos en concierto. Es en ese momento en el que finalmente se decide a conformar su propia banda, llamándola justamente Dio, naciendo al publico el 23 de mayo de 1,983 con el álbum Holy Diver, con quienes, a pesar de variantes en la alineación, sacaría un total de diez discos en estudio, tres en vivo, once recopilaciones de grandes éxitos y dos Ep´s; en los últimos años se reunió nuevamente con los integrantes de Black Sabbath para conformar la banda Heaven And Hell, con quienes produjo un disco en concierto y otro en estudio. Lo anterior denota una carrera muy fructífera, de la cual he mencionado apenas algunos puntos, pero quizá no sea la cantidad de discos la que hace de Ronnie James Dio una leyenda del Metal, sino el concepto que creó y dentro del cual con el paso de los años se fundió, hasta hacer que su obra fuera él mismo, en mi opinión él era un filosofo del Heavy Metal, basta con ver sus respuestas y actitud en el documental Metal A Hedbanger´s Journey para separarlo de la masa de estrellas de rock y entender que él más que fama era pensamiento, un pensamiento difuminado a lo largo y ancho de su basta obra.
Hoy de mañana supe de su muerte. Hoy vi su rostro enjuto, detenido en el tiempo aparecer en las noticias principales de Yahoo y supe que muy pronto cubrirán el cielo, no las negras golondrinas, sino las aves de rapiña, que a falta de imaginación y con toda la gana de obtener sus cinco minutos de fama local, reciclarán, imitarán y descompondrán sus temas, mientras las disqueras convertirán su nombre un una simple y rentable marca más; pero no, para sus fans su pensamiento quedará ahí, en nuestras mentes y en sus discos, implícito, intacto y etéreo…

Friday, November 13, 2009

los escritores respecto a los que escribe un gran poeta

No es la primera vez que en mis manos se deshace una edición del libro Escritos Sobre Literatura, que recopila una gran parte de la crítica literaria escrita por el más implacable de los poetas franceses, Charles Baudelaire, y a partir del cual podemos obtener más o menos un mapeo de lo que el mundillo literario era por aquel entonces; como es de suponer ahí se hace un inventario de las envidias, de las falsas glorias, de los grandes autores por decisión propia o de sus amigos y que hoy día no son pero ni al menos un triste recuerdo, las concesiones dadas a los amigos, en fin nada nuevo; pero lo más importante es la forma cómo Baudelaire disecciona las obras de sus contemporáneos y cómo nos muestra con su clásica maestría las grandezas y las miserias de la literatura de su tiempo.
Esta edición del año ‘84 corre a cargo de Carlos Pujol, quien, abalado por Editorial Bruguera, aparte de seleccionar y prologar los textos los traduce al castellano; a pesar de que generalmente no soy un entusiasta de los prólogos, este es uno que no me canso de leer y re leer, pues de una forma sumamente clara nos adentra en la obra y la vida de Charles Baudelaire, o sea lo que en realidad es un prologo, cosa que para la mayoría de prologuistas al parecer es un misterio del que aún no se han enterado; además queda lamentar la mala calidad de encuadernación de la obra, lo que en realidad pasa a ser una nimiedad comparada con su contenido intelectual. Hay entre todos los escritores comentados tres a los que más espacio dedica el compilador y respecto a quienes incluye dos textos, siendo el primero de estos nada menos que el gran Théophile Gautier, de quien inicialmente aparece una biografía en la cual podemos ahondar en lo que fue este hombre que más que trabajar con las letras, las vivió en su máxima expresión, a la vez que Baudelaire no intenta al menos disimular su devoción por el mismo, tal y como lo hace en la dedicatoria de Las Flores Del Mal, pero sin que ello afecte sus juicios sobre su obra, es más, él mismo aclara acerca de la dificultad que hay a la hora de escribir sobre alguien por quien se siente admiración sin incurrir en la ya tipica lambisconería que generalmente se suelen lanzar de un poetastro a otro; al terminar de leer ambos artículos nada más aconsejable que re leer La Muerta Enamorada de Gautier. El segundo turno es para Víctor Hugo, ese monumento ennegrecido e incorrosible que se yergue inmutable sobre la literatura europea del siglo XIX, de quien se incluye una reseña sobre su vida y otra sobre su novela cumbre Los Miserables, y sobre quien Baudelaire hace una reflexión respecto a lo que es, o debiera ser, un gran poeta y un gran autor, si bien a lo largo de estos textos vemos y comprendemos que no concuerda con toda la obra del autor, es un hecho que hace un justo análisis y valoración respecto de sus obras, en su opinión, mejor logradas. Más que ninguno de los escritores comentados en el libro, es sin duda de la señora Clemm, madre de Virginia Clemm, esposa de Mr. Edgar Allan Poe, de quien Baudelaire hace el retrato más profundo y más sentido, un acto de justicia para esa madre adoptiva que en el país en el que todo es mega, incluida la ignorancia, tan bien cuidó de esa voz incomprendida pero a la vez más alta, que fue el gran Poe, disecciona en estos textos, más que al maestro del relato de terror, a la sociedad que le concibió y que en cierta forma, al verse imposibilitada de domesticarle, le asesinó; es de recordar que Baudelaire fue quien introdujo a Poe en Francia, por ende en Europa, y el primero de estos textos ha sido incluido en no pocas ocasiones como prologo a sus, tan acertadamente llamadas, Narraciones Extraordinarias; luego nada más juicioso que re leer Relato Hallado En Una botella, es este libro una compuerta a la literatura que es perpetua, porque fue hecha para ser leída y no simplemente para ser publicitada.