polizonte en la nave de los locos

para muchos una palabra es un enser, para mi en cambio es una razón

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Location: Guatemala

Friday, July 25, 2008

hacia un pensamiento descafeinado y sin colesterol

Dispersar ideas dentro de una sociedad es algo poco sano, eso a estas alturas lo saben de memoria tanto los interesados en dispersarlas como quienes se interesan porque no lo hagan, algunos suelen basar su criterio en hipótesis como que la revolución francesa nunca hubiera existido si antes no hubieran habido escritores incendiarios y poco convencionales como Diderot, Voltaire o Sade, claro que por esa época la difusión de las mismas a través de los libros era un proceso lento y quien sabe si tan efectivo como algunos quieren creer, con la llegada del siglo XX y los medios masivos las cosas se tornaron un tanto más peligrosas para el sistema establecido y situaciones como la de Tiananmen o Tlatelolco demostraron que el reprimirlas de manera frontal era contraproducente.
Por lo que no hallaron mejor forma de sabotear las ideas que crear un sistema de simulación de las mismas, que si bien llenaba esa necesidad del individuo de contraponerse a los parámetros impuestos, no permitía que el mismo se saliera de control, y lo que era más importante, dicho individuo a la vez no dejaba de ser una maquina de consumo, aún y cuando consumiera productos diferentes a los elegidos por la masa general, de la cual no quería sentirse parte, este es un proceso que silenciosamente y de manera más bien subversiva, si es que cabe el termino, se ha ido repitiendo constantemente en todos los movimientos que amenazan con ser contestatarios a lo largo de las últimas décadas.
Por mi parte, y para no perder la tónica de hablar siempre un poco de rock y otro tanto de literatura, tomo como ejemplo justamente dos situaciones relacionadas con los mismos, el Rock, como bien sabemos, había nacido con una seria marca de rebeldía, ya la aparición del movimiento Hippie y la oposición a la guerra de Vietnam habían dejado un mal sabor de boca en los 60’s, por lo que cuando aparece el Glam Metal las alarmas no tardaron en encenderse, según cuenta la historia fue un 14 de febrero de 1,973 que se conformó una de sus bandas insignia: Twisted Sister, una tan poco convencional, que no fue sino hasta 1,979 que por primera vez logró grabar un vinilo de 45 revoluciones, el I´ll Never Grow Up, Now!, algo que, a pesar del éxito obtenido en sus presentaciones en vivo, sólo consiguieron financiando la grabación ellos mismos, este single tampoco les abrió las puertas de ninguna disquera en EEUU, por lo que terminaron viajando al Reino Unido, donde hasta abril del ‘82 el sello de música Punk Secret Records les graba el Ep Ruff Cutts: What You Don´t Know, con cuatro temas, y el 18 de septiembre por fin lanzan su primer Lp, titulado Under The Blade,
En el año 1,984 aparece el video Stay Hungry, que contenía dos temas que revolucionarían al genero y a los adolescentes de esa época, We're Not Gonna Take It y I’wanna Rock, mismos que, junto a sus posteriores versiones en Lp, pasaron a ser de culto, en ellos era más que obvia la rebeldía contra maestros, padres y todo símbolo de la represión impuesta por el sistema, actitud que el Centro De Recursos Musicales De Padres, conformado y dirigido por esposas de senadores, consideró poco sana para la sociedad, por lo que en 1,985, los incluyó dentro del listado de Las Quince Canciones Más Asquerosas, siendo Dee Snider uno de los pocos metaleros que dio la cara por el genero, presentándose a declarar ante el comité del senado el 19 de septiembre de 1,985, donde hizo una seria defensa del metal, pero el campo estaba servido, el Glam Metal, con otras bandas como Dokken (1,978) o W.A.S.P. (1,982), era una amenaza para las buenas costumbres.

Al iniciar los años 80’s esta música empezaba a ser un referente para todos los jóvenes, es entonces que aparece una nueva corriente, a la que comúnmente se le conoce como Pop Metal o Hair Metal, que no es otra cosa que el Glam Metal en su versión light y creada básicamente en agencias de publicidad y no en un garaje como era tradicional en el Heavy Metal, dentro de ella podemos nombrar como paradigmática a la banda Mötley Crüe, Cuyo Ep Helter Skelter (1,984) no es malo, y que para abril de 1,981 había sacado su primer demo, re editándolo en mayo y convirtiéndolo en single en menos de un mes, ya para diciembre de ese mismo año salía al mercado su primer álbum bajo el titulo Too Fast For Love, sin lugar a dudas la palabra fast no era en balde, de igual forma sacaron en 1,983 el álbum Shout At The Devil, uno que pasaba por ser un coqueteo con el mal, pero que en el fondo no pasaba de ser eso, un mero coqueteo y una muy acertada forma de hacer marketing alternativo, eso que atrae a los consumidores poco convencionales, trabajo que sus dos manager, McGhee y Thaler, sabían hacer muy bien.
En sí lo que los distancia del movimiento original, es la transmutación de los ideales, pues en esencia el Glam era un genero nacido del deseo de rebelión, mientras que el Hair Metal nació del deseo básico de hacer dinero y tener fama, lo que es muy obvio dentro de la temática, pues de la noche a la mañana las letras de las bandas dejaron de ser una invitación a cuestionarnos la realidad de esta sociedad y pasaron a ser una simple invitación, un tanto salvaje si se quiere, a consumir desenfrenadamente, algo como: sé rebelde siempre y cuando consumas artículos rebeldes, los artistas explotaron al máximo el espectro hollywoodense y el mundo de las porno stars con tal de alcanzar la ansiada fama, creando en sus fans un imaginario totalmente banal, lo que no es malo, pero a la vez tampoco puede dársele el nombre de un movimiento que era honesto y rebelde, como muchos desconocedores del genero lo hacen hoy, llamar así a algo que en el fondo más que un factor de rebeldía se convirtió en una moda, cuyos peinados hasta la inolvidable Tina Turner utilizó, no es del todo coherente con la realidad.
Sus pasos serían seguidos por bandas que llegaron igualmente a ser muy exitosas tanto mediática como económicamente entre ellas Poison (1,983), Cinderella (1,986) o Winger (1,986), estos últimos por su parte fueron también una banda para señoritas bien portadas, aunque no tan trascendente en relación a las otras agrupaciones de su tipo, mala selección de agencia de publicidad sin lugar a dudas.

Más viejo, pero a la vez más actual, es el proceso dentro de la literatura, éste al ser menos mediático y tener un proceso de asimilación más complejo, a llevado un tiempo más largo de consolidación dentro de la sociedad, los libros fueron desde siempre un espacio desde el cual el autor logra cuestionarse sobre si mismo y sobre su entorno, como metáfora o como reflexión, algo que no siempre es cómodo para los pequeños grupos que deciden el destino de las grandes mayorías.
Aún y cuando los autores son a su vez un pequeño grupo, intentan, muchas veces desbordando el argumento literario, propiciar desde sus textos esas pequeñas objeciones que generan los grandes cambios y que tienen por objeto hacer de nuestro mundo si no uno totalmente ecuánime al menos uno más habitable, claro que existen esas dos tendencias, la que piensa en el acto de escribir como un mero asunto estético y quienes por el contrario lo plantean desde un punto ético, o sea como una necesidad del individuo de generar una implosión intelectual dentro de la sociedad que lo alberga, o encierra.
En este punto se puede hacer una selección meramente arbitraria, por mi parte propongo a Sartre, Camus y a Orwell, y una pequeña lista de sus libros más básicos: La Nausea (1,938), El Muro (1,939), El Extranjero (1,942), La Peste (1,947) y 1984 (1,948), que nos permiten ver al individuo y su entorno desde una perspectiva alterna, analizar, sin el apasionamiento de las ideas preinstaladas en nuestra mente desde la niñez, una existencia que no tiene ninguna razón de ser y que al no tener una explicación vamos llenando de objetos e ideales inútiles, que por un lado nos justifican y por el otro nos eximen del cotidiano temor a la muerte, sin notarlo nos atamos y nos justificamos mediante personas que nos acompañan, objetivos que deseamos alcanzar, ideas que nos obsesionan, todo en resumen no es más que nuestra negativa a aceptar tácitamente que simplemente somos una existencia superflua e intrascendente dentro de un universo absurdo.
Los personajes de los primeros cuatro libros ven a través de una vitrina el transcurrir de los demás mortales, sin mostrar sentimiento alguno, ante una cotidianidad que advierten sin un fin concreto, más que la reacción mecánica de los individuos hacia unos impulsos colectivos que responden a la costumbre y no a la razón individual, es quizá en La Peste en la que más hondo llega el análisis de esa colectividad, sumida en sus más mínimas instancias, al irse desintegrando paulatinamente a medida que la peste aniquila a los habitantes de la ciudad de Orán, el ser humano responde entonces a unas condiciones distintas a las sociales, desnudándose en su yo más interno y elemental, que no siempre es el más humano y el más lógico, mostrándonos como mortales impotentes frente a una realidad abrasadora, dolorosa y a la vez absurda y cuyo trasfondo es a su vez un panorama existencialista del fenómeno de vivir y de enfrentase a la nada por parte de unos personajes privados de los conceptos que llenan con un más allá el vacío perpetuo de esa nada.
George Orwell por su parte, alejado del existencialismo que pregonaban los dos autores anteriores, en su novela 1984 le da una forma concreta al absurdo que invade y decide la cotidianidad del individuo sociable o sociabilizado, la de un estado omnipresente, uno que le indica cómo vestir, qué comer, qué pensar y qué opinar, teniéndole bajo control las 24 horas del día y alterando constantemente sus niveles de pensamiento, para imponer los que al sistema convienen, a fin de mantener a la sociedad dentro de los limites de la sensatez pertinente a sus propósitos controladores.
Estas obras cambiaron o modelaron en mucho a la sociedad del siglo que las vio aparecer, en muchos casos fueron censuradas, como sucedió en el año 1,948, cuando la iglesia católica toma la determinación de poner todos los libros de Sartre en el Index Librorum Prohibitorum, un listado de obras proscritas por la iglesia y poco aconsejables para sus fieles, pero como sabemos la prohibición de los libros es una medida contraproducente, pues irónicamente induce a una duda generalizada por parte del público, disparando el nivel de ventas de los mismos, con lo que el existencialismo se extendió muchísimo, llegando a generar en una fuerte medida la revolución del 68 en Francia, de la que Sartre fue un inquebrantable fustigador.

La sociedad se arma como un confuso lego en el que diariamente se juegan los más variados intereses, las formas de dominación dentro de la civilización, a medida que el capitalismo se ha ido instaurando si no como poder al menos como ideal hegemónico, se han ido transformando, haciéndose cada vez más transparentes, no habiendo una mejor forma que la alteración de la oferta, esto en el campo literario ha sido toda una aventura, pues el mismo se ha ido modelando de tal forma que no permite espacio a divergencias, creando todo un entramado de transnacionales literarias que diariamente manipulan la fluctuación intelectual del momento, generando un circuito de autores totalmente light, que van de la novela fast food al libro de autoayuda, dos corrientes literarias bastante fashion hoy día y cuyo signo esencial es precisamente que no hablan de absolutamente nada, nos presentan un mundo perfecto en el cual los únicos imperfectos somos nosotros por no aceptarlo tal cual es y por no ser eficientes en el proceso de acoplarnos a sus esquemas, simplemente es la anulación del yo interno intelectual por un yo interno que lee pero que es insustancial, vendiéndonos la panacea de que leer nos hace ser interesantes, pero evitando a toda costa que del acto de la lectura nazca una reflexión que puede llegar a ser desasosegante para el individuo y quienes le rodean.
Hablamos de un autor seleccionado por la editorial y que concientemente acepta los lineamientos de esta respecto a qué debe escribir y cómo debe hacerlo, a cambio la editorial lo presenta como el más brillante ejemplar de su generación literaria en enormes anuncios y organizando largas y tediosas giras promociónales, eso sí, dicho autor debe ser conciente de que pasa a ser un individuo reciclable, pues si el tiraje no se vende en un termino de seis meses, los libros son recogidos y reciclados para fabricar los de la promesa literaria de la próxima temporada, de esta manera se ha logrado un monopolio de las letras, tanto en el sentido editorial como en el de la distribución, con grandes supermercados de libros, dejando atrás aquellas pequeñas editoriales que se preocupaban por ver que sus obras poseyeran cosas tan absurdas como las ideas y esas pequeñas librerías en las que podíamos encontrar un libro, que aunque había sido editado hace 20 años, aún estaba, cubierto de polvo, esperándonos en un oscuro rincón, hacer un listado de estos autores sería redundar, basta con acercarse a uno de esos supermercados de libros, ver los póster en la vitrina o esperar a que uno de sus dependientes, que por cierto no sabe absolutamente nada de literatura, se acerque y cándidamente le pregunte que si ya leyó el último lanzamiento de…

No forzosamente toda música o literatura made in agencia de publicidad es mala, pero más allá de que la calidad exista o no, hay que centrarse en el hecho de que son creadas con la finalidad de armar en nuestro subconsciente una concepción si no falsificada al menos domesticada de la realidad, siendo esta una manera sutil de dominar al individuo sin, en teoría, violentar su derecho de decisión, alterando de manera artificial sus opciones de selección dentro del mercado, sustituyendo las originales y profundas por otras superfluas y banales, pero que en apariencia son las que más se acoplan a su sentido de elección, al final no es malo ser consumista, lo malo es serlo y creer que no se es…

Thursday, July 10, 2008

y sin embargo la censura continúa aquí

Cuan intrascendentes son para la historia los sucesos de la existencia de un hombre de letras por mucho que este se esfuerce por hacer su mejor intento, es lo primero que viene a mi mente, mientras reflexiono acerca de Salman Rushdie, de quien hoy se anuncia le ha sido dado el premio Booker, en edición especial por cumplirse 40 años de la entrega de dicho premio, para su novela Hijos De La Media Noche, distinción que ya había recibido hace 15 años, por lo visto al esposo de la topmodel Padma Lakshmi la suerte le sonríe nuevamente, quien sabe si la calma también lo haga en sus secretas noches de desvelo. Y es que si me viene esa idea inicial es debido a que indudablemente a Salman Rushdie el mundo se le vino en pedazos aquel 14 de febrero de 1,989, cuando un grupo de furiosos fundamentalistas en voz de su líder emitían la famosa Fatwa, en la que se decretaba su inmediata pena de muerte por blasfemia, dado que según ellos la novela Los Versos Satánicos era una afrenta para sus creencias, a muchas personas, como a su traductor japonés Hitoshi Igarashi, realmente les costó la vida, el autor por su parte se vio forzado a pasar de la noche a la mañana a la soledad, al anonimato y a un aparente silencio, impuestos por la persecución, permaneciendo por mucho tiempo bajo el resguardo de las autoridades del Reino Unido.
Definitivamente a su yo interno no pudo acallarlo ni el temor, pues dos años más tarde aparecía una nueva obra suya Harún Y El Mar De Las Historias, todo esto debió ser de un impacto devastador dentro del esquema mediante el cual él se planteaba la vida, su cotidianidad indudablemente terminó opaca y presa de una indescriptible tensión, sin embargo hoy, al ver las notas acerca del premio y el autor, en su biografía ese cisma no ocupa más de dos líneas, así de simple, en la historia de la literatura quién sabe si llegue al menos a la mitad de una. Vale la pena reflexionar también respecto al entorno, ese del cual Los Versos Satánicos no fueron más que una leve premonición, un punto de inflexión sobre lo que esa persecución inició para nuestro mundo, pues con la caída del muro de Berlín se esperaba que todas esas formas de pensamiento caducas quedarían atrás, nunca nadie pensó en que los fundamentalismos, políticos y religiosos, revivirían con más fuerza y nuevas técnicas, en diversos bandos, nadie pensó en que a una artista se le montaría un juicio moral porque se le rompía el vestido o las brutales protestas por unas caricaturas aparecidas en un diario Belga, cosas de similar estilo se van gestando poco a poco en nuestras sociedades y en las ajenas, nos acosa silenciosamente el serio intento de que el oscurantismo de nuevo caye nuestras palabras y ahogue nuestras ideas, con monstruosas amenazas de guerras apocalípticas, hemos perdido esa confianza y ese sentido de que la libertad era plenamente nuestra, en el fondo quizá esa sea una perdida más lamentable que el hecho de pensar en lo intrascendentes que como individuos podemos llegar a ser dentro de la historia de una masa que se esmera por sobresalir.