polizonte en la nave de los locos

para muchos una palabra es un enser, para mi en cambio es una razón

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Location: Guatemala

Tuesday, November 11, 2008

esa inevitable incertidumbre al entrar a la academia por la puerta de atrás

En los últimos días la ciudad de Salzburgo, Austria, no ha tenido mucho que envidiarle al libro Los Angeles Del Infierno de Hunter H. Thompson, claro que luego de tantos años ya sólo el look queda, el salvajismo paulatinamente se fue dejando atrás y el Heavy Metal a pasado a ser objeto de sesudos análisis por parte de los académicos reunidos en el primer congreso mundial respecto al genero, creo que llegan un poco tarde a algo que más que un genero musical, es uno de los movimientos contraculturales que más a cambiado la forma de ver el mundo y la industria musical en las últimas décadas. Desde siempre la rebeldía dentro de las sociedades se ha manifestado en dos formas, la primera, la más pragmática y coherente, que es mediante el uso sistemático del pensamiento como oposición al sistema establecido hasta, mediante la unión de elementos e individuos afines, lograr el cambio o la eliminación del mismo y la segunda, la más ingenua y frecuente, que consiste en la autoanulación del individuo inconforme, no respondiendo a los cánones de la sociedad en la que se desarrolla sino optando por el margen mediante el abuso de drogas legales o ilegales, convirtiéndose en un no-ciudadano de ese grupo social del que reniega. El Heavy Metal (término acuñado por William S. Burroughs en su novela La Maquina Blanda publicada en 1,961) desde sus inicios fue una mezcla de ambas, pero a la vez paradójicamente pasó a ser uno de los géneros más rentables y codiciados por las disqueras y por las comercializadoras de espectáculos, poseedor como ningún otro movimiento en la historia de una inmensa red de fans que hacen publicidad gratuitamente, llevando todo tipo de souvenir´s de las bandas que lo ejecutan, convirtiéndose en un entramado que, a diferencia de los artistas comerciales, no necesita de tanta publicidad para convocar a multitudes que religiosamente llenan los estadios donde se presentan, descubriendo así que la rebeldía vende y que vende bastante. Los artistas no tardaron mucho en notar aquello de que la chica que se quedaba rebelde para toda la vida terminaba siendo la vieja histérica y amargada de la cuadra con 13 hijos, de distinto padre cada uno, y que el chico terminaba siendo el viejo desquiciado que dormía tirado en la esquina y sólo se levantaba para pedir unas monedas y comprarse una botella de alcohol hospitalario, un final que sin duda no les pareció nada gracioso, con muy contadas excepciones, y se dedicaron a acumular fama, fortuna y chicas fáciles, los que si se tragaron el cuento fueron muchos de los fans, pero eso supongo que no llegará a ser ni al menos una nota al pie de pagina de la historia del Heavy Metal. Todo lo anterior hace de este uno de los movimientos más fascinantes, uno que definitivamente a muchos, desde muy temprana edad, nos cambió la vida, planteándonos una forma totalmente distinta de confrontar la sociedad en la que nos desarrollábamos, creándonos un sentido de pertenencia y una conciencia de grupo, que en otros géneros no suele ser frecuente, pero que hoy en día se mantiene más por tradición que por novedad, y es que quiérase o no, en los últimos 20 años no se ha visto nada nuevo bajo los reflectores, pues un genero entra en conmoción cuando en vez de reinventarlo se limitan a reciclarlo o lo que es peor a simplemente imitarlo, que es lo que realmente ha pasado en los últimos años, corriendo el riesgo de llegar a colapsar, algo que de momento no se ve factible, pues las viejas bandas afortunadamente continúan bastante saludables, pero qué pasará cuando por fin achacosas y decrepitas desaparezcan, será que esas bandas que simplemente se dedican a fotocopiar lo ya hecho por esas agrupaciones legendarias podrán mantener en pie la bandera del Heavy Metal, a lo mejor y nada de eso importa, pues para nosotros y para muchas generaciones más, aún con todo ello, o más bien por ello mismo, seguirán en nuestros cerebros resonando una y otra vez las voces de Ian Gillan, Blackie Lawless o J.D. Kimball…