polizonte en la nave de los locos

para muchos una palabra es un enser, para mi en cambio es una razón

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Location: Guatemala

Thursday, May 07, 2009

reencontrarnos con los libros que aún sin haber leído nos construyeron

Hay escritores cuyo influjo es tan fuerte que nos influyen aún sin nunca haberlos leído, lo recordaba anteayer por la tarde, mientras caminaba por el centro histórico, ese espacio frío y anacrónico en el que diariamente confluyen rockeros, merolicos, poetas, achimeros y yonquis, y me topé con un viejo amigo pintor, con quien sin duda tengo una gran deuda y que no fue sino hasta ese momento que lo hablamos, desde siempre sentí un secreto interés por los libros, incluso por ser escritor, pero coherente con mi entorno, nunca me nació un interés real por hacerme de libros, como no fueran los que por casualidad llegaban a mis manos, por lo que cuando escribí mis primeras líneas, estas nacieron más por la influencia que la música que escuchaba ejercía en mi, que por un proceso de tipo intelectual, lo que hizo a su vez que tuviera mucho de fortuito y enigmático. A mediados de los 90’s un amigo tenía en el Edificio El Centro un espacio en el que, entre otras cosas, leía las cartas del Tarot, pero en el que los sábados nos reuníamos con un grupo de pintores ha conversar de los temas más diversos, la idea de él era hablar de esoterismo, lo que en realidad pasó a un segundo plano, fue ahí que conocí a este amigo pintor y quien nos contaba historias que a él le habían contado, pero que no sabía quién era el autor de las mismas, pero que generaron en mí una influencia muy fuerte y que me incitaron a escribir mis primeros cuentos, con los años y las primeras lecturas no tardé en descubrir que dos de esas historias llevaban por nombre El Inmortal y El Evangelio Según San Marcos y que su autor era Jorge Luís Borges, pero habían más y no fue sino hasta hace como dos años que lo encontré y le pregunté al respecto, fue entonces que me dijo que ya había descubierto que el autor era Horacio Quiroga y los cuentos, entre otros, eran El Almohadón De Plumas y La Gallina Degollada. Con respecto a mi encuentro con la poesía la historia no difiere mucho, el año ’93 era uno en el que el metal sonaba con más fuerza en la ciudad, algo a lo que uno no podía eximirse, hasta que un día uno de mis mejores amigos dispuso llevar al colegio un cassette con el soundtrack de la pelicula The Doors de Oliver Stone, esa tarde muchas cosas cambiaron y empecé a escuchar más y más a esta banda, hasta volverme realmente fanático de la misma, no fue sino hasta un año más tarde que en Panajachel vi por primera vez la película, filmada en el año ’91 y en la que queda plasmada la magia de una época que muchos quisimos vivir y de una vida que muchos quisimos imitar, en el mismo pueblo había una librería de usado, como las hay muchas en el lugar, especializadas en libros en inglés y donde encontré el libro No One Here Gets Out Alive de Jerry Hopkins y Danny Sugermann, en el que se basó la mencionada película, este libro sin duda, más que cualquier poemario, fue la única y decisiva influencia para que a mi me diera por escribir poesía, hay, sin duda, cosas a las que estamos llamados desde siempre y aún cuando lleguen de manera misteriosa y lenta a nuestras vidas, siempre terminarán por llegar.